miércoles, 7 de noviembre de 2007

MENSAJE DE LOS PARTICIPANTES EN EL Iº CONGRESO DIOCESANO A TODOS LOS FIELES DE LA DIÓCESIS DE CORSÚN

Bienamados en el Señor padres, hermanos y hermanas,

"Hoy la gracia del Espíritu Santo nos ha reunido", es con estas palabras de la liturgia que nosotros, miembros del clero y delegados laicos de las parroquias y de las comunidades de la diócesis de Corsún, reunidos en el primer congreso diocesano bajo la presidencia de nuestro arzobispo, nos dirigimos a todos los fieles hijos de nuestra diócesis en Europa occidental.


Queremos compartir con vosotros la alegría de nuestro encuentro que ha transcurrido durante dos días y nos ha permitido, no sólo abordar en espíritu de conciliaridad y amor fraternal los asuntos de la vida eclesial que nos preocupan, sino también testimoniar nuestra unidad en Cristo.


Los delegados de la mayor parte de las 76 parroquias y comunidades de la diócesis de Corsún, situada en el territorio de cinco países europeos -Francia, Italia, España, Portugal y Suiza-, participaron en el Congreso, siendo así su composición multinacional. El ruso, el francés, el italiano y el español fueron utilizados durante las exposiciones y los debates. Ello no nos ha impedido la experiencia de la comunidad de nuestros objetivos y deberes. Antes al contrario, hemos podido constatar de modo empírico que en Cristo no hay ni Griego ni Judío, y que la santa Iglesia ortodoxa de Cristo acoge a los hombres y a las mujeres en el amor y en la unidad de la paz independientemente de diferencias étnicas y culturales.


Tres cuartos de las parroquias de la diócesis de Corsún fueron abiertas recientemente. Nos alegramos de ver cómo se engrandece de este modo nuestra diócesis, pero no debemos de olvidar que la organización de la vida eclesial, la edificación de verdaderas comunidades cristianas es un trabajo largo que demanda mucho de perserverancia y de paciencia.


Esperamos que el aumento de parroquias y de comunidades irá acompañado del perfeccionamiento de la vida espiritual y del desarrollo en los ámbitos de la formación religiosa, de la catequesis, de la acción social y de la comunicación. Este trabajo descansa no solamente sobre las espaldas de los pastores, sino que es deber de cada uno de los fieles. Os exhortamos a todos, queridos padres, hermanos y hermanas, a obrar por el bien de la Iglesia de Cristo. Vuestras buenas y saludables acciones serán fuente de consolación y de confortación para todos aquellos que se encuentran en condiciones de vida difíciles.


Con la conclusión del trabajo de nuestro Congreso, hemos dado testimonio de nuestra fidelidad inalterable a nuestra Madre, la Iglesia ortodoxa rusa, y expresar nuestra gratitud a sus responsables y, especialmente, a Su Santidad el patriarca Alexis de Moscú y Toda Rusia por su solicitud en la pastoral cerca de los fieles ortodoxos residentes en Europa occidental.


Confiamos a la ayuda de Dios y a la intercesión de los santos nuestros esfuerzos en la edificación de la vida eclesial de la diócesis de Corsún.

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