La mañana del día 17, el Patriarca Pablo recibió la Santa Comunión de las manos del metropólita Anfiloquio de Montenegro, el cual le había comunicado la declaración unilateral -e ilegal conforme al Derecho Internacional y las resoluciones de las NNUU- realizada el domingo pasado por los albaneses de la provincia serbia de Kosovo.
El Primado de la Iglesia Ortodoxa Serbia expresó entonces su deseo de que se celebrase un oficio de intercesión por el pueblo de Kosovo-Metohija. Dicho "moleben" tuvo lugar ayer, 18 de febrero, en la Catedral de Belgrado.
Desde la parroquia de San Simeón y San Inocencio de Alicante y sus misiones parroquiales de Elche y Murcia, nos unimos a las oraciones del Patriarca Pablo y de los fieles serbios ortodoxos, a fin de que este luctuoso suceso -la "pantomima" de la asamblea kosovar- no afecte negativa y trágicamente, más de lo que viene siendo a diario, al sufrido pueblo serbio y a otras minorías, igualmente de ciudadanía serbia, que habitan en la provincia; así como para que no sea causa de una futura desestabilización y enfrentamientos violentos en zonas de la ex-Yugoslavia.
Tendremos presente esta petición de oraciones en los próximos oficios que celebremos en los próximos días.
Para ello, del mismo modo, esperamos fervientemente que las Naciones Unidas adopten las medidas tendentes a declarar de todo punto nula y condenar, conforme al Derecho Internacional, este atropello y que la mayoría de los países de la UE reconsideren sus posiciones frente a este conflicto.
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